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¿Esta pandemia es sobre nosotros?

Queridos amigos,

Estas han sido semanas extraordinarias para el mundo mientras el coronavirus sigue expandiéndose, trayendo sufrimiento e incertidumbre. Este jueves, Mee Fang Njoo, quien comienza este mes como coordinador del desarrollo del programa en el Este de Asia, nos hace dos preguntas sobre esta pandemia global:



¿Es sobre nosotros? No, no solo nosotros. ¿Cómo puede esta amplia catástrofe global ser sobre los seres humanos, que son tan limitados y locales? Debe haber algo más. La presencia y propósito de Dios siguen activas también. Así que, en vez de enfocar toda nuestra energía en los esfuerzos y respuestas humanas, necesitamos dirigir nuestra atención hacía Dios, el creador y soberano del mundo.

Vengan y vean los portentos del Señor; él ha traído desolación sobre la tierra. Ha puesto fin a las guerras en todos los confines de la tierra; ha quebrado los arcos, ha destrozado las lanzas, ha arrojado los carros al fuego. «Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!» (Salmos 46.8-10)

Seamos la gente que “mira arriba” y no solo “mira alrededor”. Pasemos tiempo con la Palabra de Dios y no solo con las noticias de este mundo. Hoy es el tiempo perfecto para afirmar que nuestro Dios es un Dios global. Seamos testigos de su poder para sobrepasar los problemas que vemos a lo largo del mundo.

¿Está en contra de nosotros? Si, contra todos nosotros. Mira alrededor. Estamos experimentando el poder de la enfermedad que demuestra ser difícil de superar. Este pequeño virus penetró más de 200 países. COVID-19 está dirigido hacía nosotros, como una entrega sorpresa del mundo de las tinieblas. Apretó a cada país y cada gobernante. No estamos excluidos de la lista de personas que ingresan al valle oscuro de la amenaza viral. Nuestras familias, nuestras iglesias, nuestros amigos, nuestras capacitaciones – nadie está excluido del sufrimiento.

Necesitamos a un Dios global en respuesta a este desastre global. Como sorpresa de la entrega, esta pandemia necesita una respuesta. Dios espera por una respuesta de su pueblo. Una respuesta que podemos tener se encuentra en nuestra predicación. Este es el tiempo para escuchar a Dios y hablar por Dios de una manera fiel, clara y relevante. Si Dios ha cerrado algunas puertas en la manera en que hacemos las cosas (por ejemplo, los servicios de la iglesia y los seminarios de capacitación), entonces abrirá otras puertas (por ejemplo, transmisiones en vivo). Afrontemos con creatividad y valentía todas las oportunidades que Dios creó para nosotros.

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