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Eclesiastés para tiempos inciertos

Queridos amigos,

Estas han sido semanas extraordinarias para el mundo mientras el coronavirus sigue expandiéndose, trayendo sufrimiento e incertidumbre. Este jueves, Paul Windsor, nuestro director del programa, nos trae unas palabras de aliento en base a Eclesiastés 11.


Retorné a Eclesiastés 11:1-6 tantas veces en mi vida. Esta pandemia me hizo regresar una vez más, buscando por una palabra de aliento para cada uno de nosotros en el trabajo que realizamos juntos. Aquí está:

Lanza tu pan sobre el agua; después de algún tiempo volverás a encontrarlo. 2Comparte lo que tienes entre siete, y aun entre ocho, pues no sabes qué calamidad pueda venir sobre la tierra. 3Cuando las nubes están cargadas, derraman su lluvia sobre la tierra. Si el árbol cae hacia el sur, o cae hacia el norte, donde cae allí se queda. 4 Quien vigila al viento no siembra; quien contempla las nubes no cosecha. 5 Así como no sabes por dónde va el viento ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas.

6 Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si esta o aquella, o si ambas serán igual de buenas. (NVI)


Ayuda bastante observar tres diferentes características en este pasaje: (i) una frase que se repite, “no sabes” (1, 5a, 5b, 6). Este pasaje trata de la incertidumbre, comenzando con lo que no sabemos “qué calamidad pueda venir sobre la tierra”. ¡¿No es eso cierto?! (ii) una serie de comandos, en un libro en que los comandos están (casi) ausentes hasta ahora:

“lanza (1) … comparte (2)… Siembra (6)”. Este pasaje es sobre iniciativa. Esto parece raro para nosotros porque cuando las cosas son inciertas, no solemos tomar iniciativa. Solemos dar un paso atrás, en vez de tomar un paso hacia adelante. Y todavía aquí hay comando que nos urgen a tomar iniciativa, ser generosos y serviciales. (iii) una pequeña palabra conectora, “pues” (1, 2, 6). Aquí es donde el pasaje se vuelve muy sorprendente. Esto es lo que me hace regresar a él una y otra vez. Si sigues la lógica del autor con cuidado, parece que dijera que porque las cosas son inciertas debemos tomar iniciativa. Es lo opuesto a como nos han entrenado a pensar. No des un paso para atrás, hazlo para adelante.


¿Cómo es esto posible? Creo que tiene algo que ver con la manera que Eclesiastés se parece a un texto de Matemáticas. Está lleno de preguntas, pero las respuestas pueden ser encontradas en la parte trasera. Y en la parte trasera del libro, Eclesiastés 12 es sobre Dios, el único que esta´ “más allá del sol” – trata sobre acordarnos de él (12.1), temerle y obedecerle (12.13). ¿Quizás Eclesiastés 11 también es sobre Dios? ¿Cómo puede esta iniciativa tener sentido en un tiempo de incertidumbre? Quizás está relacionado con el “tampoco entiendes la obra de Dios, creador de todas las cosas.” (11.5b). ¿Quizás confiar en Dios, especialmente cuando no sabemos lo que está haciendo, se encuentra a lado de recordarlo, temerlo y obedecerlo como una respuesta de la parte trasera del libro?


¿Por qué es importante recordar esto durante un tiempo de temor paralizante y ansiedad debido a la pandemia global? ¿Debería empujarnos a hacer más y ser más en un tiempo que estamos cansados y desanimados por las semanas de cuarentena? No. Nada está más lejos de la verdad. Eclesiastés 11 nos anima con la noticia de que cualquier cosa que podamos hacer y ser, sin importar cuan frágiles y débiles nos sintamos – incluso el esfuerzo más pequeño es usado por un Dios que sigue trabajando. Una palabra amable. Un acto generoso. Una iniciativa silenciosa. Un pequeño servicio. Un agradecimiento como respuesta. Así es como se debe vivir en tiempos inciertos. Y mientras hacemos nuestra pequeña actividad, mientras somos las pequeñas personas que somos, sabemos que Dios está haciendo su obra y siendo quien es a través de nosotros, en su tiempo y a su manera, y por el bien de otros.

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