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Queridos amigos,
Gracias por su apoyo en oración para el trabajo de Langham Predicación alrededor del mundo. Esta semana Femi Adeleye, nuestro director de África, nos pide oración por los asuntos de su región:
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias (Filipenses 4:6).
Hay muchas cosas por las cuales agradecer a Dios a pesar de los muchos desafíos relacionados al COVID-19. Los clubes de predicación en Nigeria están estudiando libros que los equipará mejor para capacitar a otros en la exposición bíblica. Líderes de la iglesia católica en Lesoto están abiertos a tener a sus laicos recibiendo capacitación de Langham Predicación. Canon Shelby, una de nuestras facilitadoras en Sudáfrica, es anfitriona de un club de predicación presencial en la catedral. Los clubes de predicación de habla árabe están vivos y en buen estado en Juba, Sur de Sudán. En Kenya, el Obispo David Kodia de la Diócesis Anglicana de Bondo está muy animado por el ministerio de Langham Predicación que hasta dijo: “Lo que están haciendo es muy bueno. Como obispo me empeñaré en apoyarles… Solo necesitan decirme cuánto apoyo necesitan”. Otros contextos esperan con ansías el fin de las restricciones del COVID-19 para que puedan comenzar con sus Movimientos de predicación. Judith (Wycliffe traductores de Biblia), en la República Centroafricana recientemente compartió su deseo que Langham Predicación comience ahí: “Moriría feliz si supiera que Langham Predicación ha comenzado en la República Centroafricana”.
Damos gracias por estas iniciativas, y todavía, en muchas partes de nuestro contexto, hay muchas personas “dejadas atrás” por la cuarentena, incapaces de reunirse y con recursos limitados. Les invito a recordar orar por lo siguiente:
Por nuestros pastores y facilitadores en comunidades rurales, quienes no tienen acceso a internet o conexión telefónica. Mientras muchas iglesias y clubes de predicación mantienen sus reuniones por zoom, Skype y otros medios, millones del pueblo de Dios son dejados atrás sin forma de conectarse los unos con los otros. Algunos pastores y maestros que tienen teléfonos para alcanzar a sus congregaciones ahora se encuentran sin electricidad para cargarlos. Oremos por su ánimo y por el alivio de satisfacer sus necesidades más urgentes en términos de recursos técnicos.
Por la gente que se quedó sin lo suficiente para su sustento diario. Muchos cristianos son trabajadores del día y dependen de la ganancia de la jornada para la compra del pan. El pan de cada día está escaseando para muchos. Oremos por la provisión de Dios.
Otro grupo de personas desplazadas en esta temporada de COVID-19, son los niños que, estando encerrados con gente sin la mentalidad de Cristo, sufren abuso. Oremos para que sean protegidos por Dios mismo en este tiempo.
Aquellos que lamentan en sus hogares la pérdida de seres queridos por otras enfermedades que no llegan a las noticias como el ébola, malaria, cólera, meningitis, etc.
Qué el Señor nuestro Dios escuche nuestras oraciones.