Queridos amigos,
Estas han sido semanas extraordinarias para el mundo mientras el coronavirus sigue expandiéndose, trayendo sufrimiento e incertidumbre. Este jueves, Wilfredo Weigandt, nuestro coordinador regional en el “Cono Sur” de Latinoamérica, nos presenta cuatro oraciones del corazón.
Perdona mi atrevimiento y desubicación,
Señor de la Historia.
Pero quisiera verte más claramente en esta crisis...
¿Podría ser?
¡Casi que quisiera que te aparezcas en la TV
diciéndole al mundo y a nosotros
lo que debemos hacer!
¿Podrías aparecerte a la humanidad?
¿Aparecerte a nosotros, tu iglesia?
Y si ya estás en este mundo,
y en nosotros,
y soy yo el que no te veo,
¿podrías entonces abrir mis ojos?
¡Mi fe –o falta de fe-
necesita verte en esta pandemia,
Señor de la Historia!
23-05-2020
Y otra cosa quiero pedirte, Señor de la Historia.
Si como humanidad nos vas a permitir
la gracia de encontrar una vacuna al Covid-19,
¿podrías hacer que surja de los científicos
en los países postergados? ¡No se la des
a los poderosos Señor! ¡Por favor, te lo pido!
¡Dásela a mi Latinoamérica hambrienta!
¡A la África olvidada, a la Asia vulnerable! ¡Dásela
a las naciones que la compartan con la alegría
y la generosidad que libera tu Reino!
Como ya lo hiciste, encárnate nuevamente
entre los marginados, entre los pobres,
entre los simples que anhelan un mundo
más humano, entre los no considerados.
¡Que otra vez, tu salvación venga de lo vil
y menospreciado del mundo!
¡Necesito ver tu Justicia en esta pandemia,
Señor de la Historia!
24-05-2020
Otra vez, la economía amenaza
convertirnos en un país sombrío.
Ya sé, lo sé bien: somos nosotros
quienes elegimos gobernantes y destinos...
No corresponde que ahora preguntemos
¿Qué pasó, Dios querido?
Pero, solo porque tu misericordia
se renueva cada día
y porque ella me permite este diálogo fructífero
te pido una salida a nuestra deuda y su martirio,
el milagro de una posibilidad digna
que no haga sufrir a mi gente indefensa
que no añada muerte a la pandemia,
y que haga, que como pueblo argentino,
te veamos y te honremos como el Digno.
¡Señor de la Historia! Por favor,
como lo hiciste antes, ¡ábrenos un camino!
25-05-2020
¿Será mucho pedirte, Señor de la Historia,
que sostengas y bendigas
a las manos panaderas, las valientes enfermeras,
a las madres que el dolor alivian?
¿Será mucho pedirte, Señor de la Historia,
que velemos día a día
por tus vendedores callejeros, tus desocupados,
y tus peones de albañilería?
¿Será mucho pedirte, Señor de la Historia,
que multipliques ahorros y sonrisas
en empresarias generosas
y dejes a los avaros con las manos vacías?
¡Quién sino vos! Señor de la Historia,
¡padre y madre de las viudas y las niñas!
¡Quién sino vos! Señor de la Historia,
aún en la oscura pandemia, ¡luz del mediodía!
04-06-20
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